Entrevista a Jorge Gonex

    Hola a todos. Para la primera entrevista de este año os traigo un autor que ha dado mucho que hablar. Jorge Gonex ha empezado muy fuerte con su primera novela y es todo un enamorado del género fantástico. ¿Listos para conocerle?

PRESENTACIÓN:

Jorge Gonex (Sevilla, 1983) es un escritor especializado en el género de la fantasía. Aficionado a la lectura desde muy pequeño y viviendo aventuras a través de los libros, estudió Derecho en la Universidad de Sevilla. Con una vida siempre relacionada al mundo de la escritura, ha trabajado durante muchos años como articulista en portales deportivos y tecnológicos.

Amante del género en videojuegos, libros, series y películas, decidió embarcarse en el sueño de contar sus propias historias y hacer sentir lo que a él hicieron sentir otros libros al sumergirlo en sus mundos. Ahora el sueño es que esas historias puedan ser disfrutadas por todos.

Su carrera literaria comienza con La Vida Sin Fin, una trilogía cuyo primer libro comparte nombre. El éxito de esta primera obra en Amazon le ha merecido el galardón «Premio Avenida a mejor libro autopublicado en 2021». En este momento se encuentra inmerso en la elaboración de la segunda entrega de la trilogía, que saldrá a la luz durante el primer semestre de 2022.

PREGUNTAS:

1. ¿Qué es lo más te gusta de la fantasía?

Lo que más me gusta del género es la ausencia de límites. Vivimos en un mundo acotado por una realidad de la que no es imposible escapar y en ocasiones, más ahora que venimos de tiempos de pandemia, apetece. La fantasía se salta cualquier límite y pone a funcionar la imaginación, un poder inigualable que a veces sentimos atrofiada por esas fronteras que nos impone la propia realidad. La fantasía es soñar despierto a través de las letras de un libro. Sumergirme en sus mundos siempre me ha parecido fascinante.

2. ¿Cómo nació la idea para tu trilogía?

Hace muchos años, mucho antes de plantearme escribir un libro, jugué a un videojuego llamado Lost Odyssey. Su argumento o su mundo poco tiene que ver con la historia de la trilogía o con Thoran, pero hubo dos cosas que me fascinaron de ese juego. La primera es que trataba la idea de la inmortalidad, que es el germen de la historia narrada en La vida sin fin con los seren y el enigma de su existencia. Y la segunda es que durante el juego ibas recopilando fragmentos de relatos en lo que parecía el diario de un inmortal durante distintas épocas en el tiempo. Eran relatos pequeños que tocaban los sentimientos del jugador. Emotivos, profundos. Supongo que, en mi inconsciente, leer eso fue como leer ficción y la idea de tratar la inmortalidad en una aventura me encantó. Supongo que fue la semilla para crear mi propia historia, y una vez que descubrí los libros de fantasía, me decidí a llevarla a cabo y permitir a la gente ver lo que se había creado en mi propia mente.

3. Como su autor, ¿de qué forma presentarías La vida sin fin a los lectores?

La vida sin fin es una obra coral de alta fantasía en la que el lector puede sumergirse en un mundo único, con sus propias razas, reinos, religiones o criaturas. Tiene lugar en Thoran, un lugar en el que conviven tres reinos que parecen vivir en paz con el beneplácito de sus dioses. Lo que los habitantes de Thoran ignoran es que entre ellos hay unos seres inmortales llamados seren, que pretenden que esa paz perdura en el tiempo pese a que la propia naturaleza de la convivencia no puede evitar los conflictos. No obstante, entre esos seren hay un anciano que no cree en esa paz efímera que motiva guerras y conflicto de intereses. Debido a los actos de este anciano el mundo cambiará, y los recuerdos de la Gran Guerra que dio origen a los tres reinos conocidos volverá a la mente de los habitantes de Thoran devolviéndolos al terror del pasado.

A partir de esta premisa, algunos de ellos verán como su vida cambia y deberán hacerlo ellos también para hacer frente a la amenaza que se les avecina y que pretende acabar con el mundo que conocen.

4. ¿Cuál fue el momento más duro mientras escribías la novela?

A mediados de la misma. Creo que hay un proceso en la escritura en la que siempre te preguntas a dónde te lleva esta historia. Si gustará, si lo estás haciendo bien. El mío fue un proceso largo, de varios años y muchas pausas. Momentos en los que piensas si valdrás para esto, si serás capaz de sacar adelante algo tan grande. Y más allá de eso, al ser la primera, de alguna forma pagas de la cuenta, de reescribir y eliminar más de lo que deberías si te lo hubieses planteado antes. Momentos de muchas dudas y un aprendizaje constante. No obstante, estoy muy contento de haber pasado por eso y haber podido ofrecer el libro a muchos lectores que lo han disfrutado. Al final todo mereció la pena.

5. A la hora de crear los personajes, ¿fue difícil crear esa cantidad o tenías clara la función de cada uno?

Sinceramente, creo que podría haberme ahorrado algunos nombres y una sobreinformación al lector. Evitar que tenga tanto nombre en la cabeza a veces. Por una cuestión de empatía ante una historia de semejante envergadura, aunque de los muchos personajes que salen podría contar con un dedo de la mano los que me podría haber ahorrado en la novela, porque todos cumplen una función importante en el desarrollo de la trama.

Ofrecerles un nombre y una personalidad, pese a su poca relevancia, ofrece una profundidad al mundo. Un sentimiento de que hay vida más allá que la de los protagonistas. No me fue difícil crearlos, porque sus personalidad surgieron al idearlos sin mayor complicación y, al escribir sobre ellos, sabía cómo eran y como actuarían en cada situación.

6. ¿Estas satisfecho con la aceptación del público?

Mucho. De hecho, me ha resultado muy inesperado. Es decir, cuando yo termino la novela tras haberle dedicado tanto tiempo y esfuerzo, tengo la sensación de que ese buena y de que el trabajo ha tenido sus frutos, pero ¿acaso no es eso lo que creen todos los escritores de sus libros cuando salen al mercado? Si no fuera así, no los lanzarían y los seguirían puliendo o descartándolos. Así que cuando llega el momento de publicar, nunca sabes si solo lo van a leer un par de familiares y amigos o vas a llegar a la gente.

En este sentido estoy muy contento. Jamás me planteé que los blogs y webs especializadas ofrecieran tan buena crítica. Que hubiese lectores que opinarían tras leerla que vas a ser un referente en el género de la fantasía en tu país. Jamás pensé que los lectores votarían la novela para ser premiado como mejor libro autopublicado en 2021, o que en menos de un año contaría casi con un millar de lectores. Nunca imaginé que la gente me escribiría mensajes cada cierto tiempo pidiéndome la continuación porque quieren seguir leyendo. Es algo relativamente abrumador y siento un poco la presión de tener que darles algo igual de bueno o mejor con la segunda parte, pero es una presión que abrazo con ganas y me planteo como un reto. Creo que es algo bonito.

7. ¿Cuál ha sido tu experiencia con la autopublicación?

Muy buena. De hecho, tengo claro que quiero que la trilogía sea completamente autopublicada. Tal vez me plantee mandar un proyecto distinto o alguna aventura autoconclusiva a editoriales por probar la experiencia y poder valorar mejor ambas opciones, pero si fuese por mí, iría con la autopublicación siempre. Considero que no es suficiente el beneficio editorial como para plantearme un cambio salvo que esa editorial sea lo bastante grande como para justificar otra decisión.

8. De poder vivir en cualquier mundo fantástico, ¿por cuál te decantarías y por qué?

Tal vez Temerant, Spira o Hyrule. El primero por lo bonito que sería estudiar en la universidad. Pelearía por ser alumno de Elodin. El segundo por la magia que respira, aunque siempre estés con el temor de ver aparecer a Shin. El tercero porque marcó mi infancia y los cambios a lo largo de la historia.

9. Más allá de tu proyecto actual, ¿tienes otras historias en mente?

Pretendo terminar la trilogía como prioridad, pero sí que tengo otros proyectos en mente. Una aventura autoconclusiva con el tiempo como protagonista en un mundo de fantasía que nada tiene que ver con Thoran, y otra que quizás haga que abandone el género o que lo mezcle un poco con la ciencia ficción. En cualquier caso, ahora con mi situación personal y obligaciones laborales no parece que vaya a ser pronto, pero todo se andará.

10. El tiempo siempre juega un papel importante, ¿cuánto has empleado en escribir La vida sin fin?

Alrededor de cinco años, aunque ha sido un tiempo que achaco más al aprendizaje de un novato y las dudas (que te impiden priorizar porque no sabes si vas a ser escritor o no) que a la escritura. Cuando empiezas a escribir crees que lo sabes todo porque llevas toda la vida escribiendo, pero dar forma a un libro no es solo escribir. La literatura tiene sus propias normas, y si quieres hacerlo bien tienes que dedicarle tiempo y tener determinación.

Cuando empecé creía que esto era sentarse delante del ordenador y sacar la historia que tienes en mente. Es un trabajo duro, porque cuando esa historia sale no tiene una forma concreta y los detalles corren de tu cuenta. Hay que repasarla, eliminar incoherencias, cuidar los detalles. Mucha gente cree que con eso ya es suficiente y sacan su libro, pero para mí escribir es mucho más que eso.

Además de plasmar esa historia hay que encontrar equilibrio, hay que mediar las escenas, ofrecer al lector un motivo para seguir leyendo, no cansarlo con terminología u homogeneidad en el escrito. Darle miembros para que su mente asimile lo que cuentas y cuestiones para que quiera saber lo que va a ocurrir. Trabajar no solo la corrección, sino la musicalidad de las frases y la forma en la que el cerebro las va a captar según el cansancio por la lectura o el posible interés en lo que cuentas. Escribir un párrafo deja de ser una palabra detrás de otra para ofrecer una métrica y un «sentido de lo necesario». En realidad, escribirlo apenas me llevó un año, incluida la revisión y reescritura. Pero en ese tiempo me formé gramatical y ortográficamente para hacerlo lo mejor posible por mi cuenta, aprendí a diseñar, a maquetar. Leí libros sobre construcción de mundos, historias y personajes. Quería saber qué estaba haciendo bien y qué no. Leí a muchos autores para comprender qué me gustaba y qué no de lo que hacían en una lectura analítica y formar mi «yo escritor» con lo mejor de cada uno según mi gusto. Lanzar un libro no me hizo escritor, pero ese tiempo aprendiendo y formándome sí. Me di el tiempo que necesitaba para poder lanzarlo, y tal vez esas buenas críticas de las que hablábamos sean la recolección de lo que se pudo sembrar esos años.

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