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lunes, 14 de diciembre de 2020

Creación de mundo 2 - Geografía

  Hola de nuevo, volvemos con las entradas sobre worldbuilding. En la primera de ellas trabajamos con los principios mínimos a la hora de embarcarse en esta aventura, por ello ahora será necesario desbrozar cada uno de esos detalles clave poco a poco. Para empezar, adentrémonos en el escenario, el entorno, el lienzo de la historia: la geografía del mundo. ¿Listos? Empecemos.

¿Por dónde empezar?

   Tedioso a la par que emocionante, la creación de un mundo no es tarea sencilla y difícilmente os enfrentaréis a un proceso más complicado que este (lo reconozco, crear un mundo es lo más genial que puede hacer un escritor y, al mismo tiempo, la tarea más temida por su complejidad), pero no por ello es una misión imposible.

    Como todo, siempre hay que partir de una línea de partida y, siendo este caso concreto, la forma del mundo es ese primer paso. ¿Me refiero a la forma del planeta o a la de la superficie? Depende del tipo de historia que creáis, si es una aventura de ciencia ficción espacial será más provechoso empezar por el primero y después por el segundo, mientras que si es una historia al uso un mapamundi al uso es el esbozo inicial.

    Ahora bien, ¿cómo de complejo y detallado ha de ser ese boceto transitorio? Rescatando lo dicho en la anterior entrada, no ha de ser una obra maestra ni tiene porque ser el definitivo, basta con que el perfil encaje con lo que vuestra mente creadora os pida. Quizás haya suerte con un primer intento o tal vez necesitéis varios más, eso no tiene mayor importancia, la clave es conseguir que el perfil físico del mundo cobre forma en el papel.

¿Cómo de definido tiene que estar mi mundo?

   Esta es una pregunta peliaguda a la par que compleja, por ende, no existe una única respuesta y el grado de profundidad de vuestro mundo depende de vosotros; sin embargo, mentiría si dijera que ha de ser simple, eso nunca. Estamos hablando de un mundo ni más ni menos, la escasez de recursos debe ser nuestra enemiga en el proceso. ¿A quién le gustaría un mundo sencillo y fácil de entender? ¿Qué gracia tiene un lienzo con cuatro pinceladas mal hechas?

    A este respecto, la pregunta indicada no es “como” sino “porqué”. Lo recomendable siempre es, antes de empezar a crear el escenario, tener en mente una historia que la respalde. En principio puede parecer contradictorio, ¿cómo crear una historia antes que el escenario? Como toda pregunta trampa, esta tiene truco y es el siguiente: si hay un concepto base en la cabeza, la creación del mundo se guiará por esta y habrá algún camino de seguir; en caso contrario, el proceso será como caminar por una sala desconocida a oscuras.

    ¿Es ese el camino definitivo? La respuesta es un claro “no”, solo es una de tantas vías que se pueden recorrer. Hay varios sistemas que pueden servir sí, pero a fin de cuentas debéis ser vosotros los que elijáis cual se adapta más a vosotros y porque razón. Recordar: un proceso bien hecho es un proceso adecuado.

¿Qué relevancia tiene en la historia?

    Puede parecer una pregunta inocente y de respuesta evidente sí, pero en las cuestiones más insospechadas es donde se encuentra la verdad más sincera. Pongamos un ejemplo: digamos que la historia sigue a un grupo de personajes que han de viajar de un punto A hasta llegar a un punto G, pero tendrán que pasar por toda una serie de puntos; por tanto, desde ese punto de partida (A) hasta el destino (G) los personajes se introducirán en una serie de paisajes, entornos o ciudades que merecerán descripción.

    Al igual que ocurre con ese ejemplo, es importante tener en cuenta que lugares aparecerán en la historia y cuáles no, porque es importante que los personajes tengan conocimientos efímeros de uno y que descubran otros por sí mismo. Resulta muy divertido, a la par que fascinante, que el lector descubra el mundo a través de los ojos de los personajes, desnudar esa creación de forma tímida al principio para indagar en sus detalles después.

    ¿Qué trato de expresar con esto? Crear el mundo es importante, llenarlo de vida es clave, conocerlo mejor que nadie es más que necesario, pero toda descripción precisa y el desarrollo de unas zonas geográficas sobre otras ha de ser caprichosa y obedecer al motivo último del proceso: la trama. En resumen: a mayor importancia/aparición en la trama, mayor detalle ha de tener esa zona geográfica concreto; aunque no siempre ha de ser así. Ya sabéis como es esto: escritor único, implicación distinta.

¿Tengo que basarme en una única opinión?

    Por favor, os lo ruego, intentad evitar por todos los medios quedaros con una única opinión (la de un servidor incluida). Es cierto que la experiencia hace al monje y que la práctica forja al maestro, pero no por ello significa que nos tenemos que quedar con la primera cosa sensata que leemos en internet. Siendo sincero, me motive a hacer esta sección para calmar esa inquietud que siempre tuve, esa necesidad de plasmar con palabras la forma en que veo cada proceso; sin embargo, no poseo la verdad absoluta ni quiero que se tome al 100 % lo que escribo en esta sección, solo que se tenga en cuenta.

    Como si de un océano se tratara, internet es el rincón más basto de información que podréis encontrar y debéis hacer buen uso de él. Todo buen creador tiene que usar toda la información a su disposición, así que os insto a hacerlo. Indagad, investigad, informaros. Merecerá la pena, eso sí os lo puedo asegurar.

Cosas a tener en cuenta:

    Una vez aclarados dichos aspectos a señalar, es hora de algún que otro truco que haga más sencillo el proceso (pero no por ello será fácil, todo lo que merece la pena nunca lo es). Vamos con ellos:

· Un atlas es la mejor guía: A diferencia de los licenciados en la carrera de Geografía, normalmente no se le presta atención a esta asignatura pero, irónicamente, esa materia será vuestra mayor aliada en ese proceso, concretamente un atlas. Este modesto volumen de consulta no trata solamente todos los detalles claves sobre la geografía (relieve, clima, etc.), sino que un referente visual es la mejor forma de empezar a esbozar ese mapa.

Por si eso no fuera suficiente, la red está plagada de atlas online que pueden consultarse de forma gratuita, tanto mejor y beneficioso para esta tarea. Sí, entiendo que ponerse a mirar un atlas de golpe puede resultar escabroso, incluso aburrido en un principio, pero no encontraréis mejor forma de cincelar un mundo que esta.

· Todo es importante: Bien, ya tenéis en mente lo que queréis, ese tímido esbozo de los territorios que debéis incluir toman forma en vuestra cabeza, ¿pero hasta donde hay que interiorizar? En este punto ya no solo importa si aparecen en la historia o no, sino que las preguntas empezarán a llover de la nada: ¿Cuántos continentes tiene el mundo? ¿Qué los diferencia unos de otros? ¿Por qué tiene que haber islas? ¿Dónde tiene que haber montañas?

La variedad y la riqueza de un mundo dicen mucho de la mente que la creo, así como d la entrega y la pasión con la que su creación nació. Pensadlo de esta forma: un mundo exactamente igual en cada territorio resultaría una fotocopia mal hecha de esa primera zona creada, ¿por qué no añadirle una característica única a cada una? Nuevamente, recalco lo que he dicho siempre: los detalles son la clave, cuantos más mejor.

· No crear por crear: Ahora bien, tanto si obedecen a la historia como si se explorarán directamente en un futuro, evitad dentro de lo posible crear territorios por el simple hecho de crearlos. Puede que al principio parezca buena idea crear un mundo amplio y lleno de detalles, pero de nada sirven si no tienen un propósito y, al final, solo serán meros elementos decorativos. Por ello, este es mi consejo: no creéis zonas del mapa porque sí, si están ahí que sea por algo, por ínfima y pequeña que sea la razón que hico nacer esa parte.

· Cuidar tu mundo paso a paso: Tal y como cuenta la tradición cristiana, Dios necesito siete días para crear el mundo y de la misma forma tendréis que tomaros vuestro tiempo (muy posiblemente mucho más que ese idílico ejemplo). El nacimiento de un mundo ha de ser delicado, conciso, cuidadoso, pero sobretodo debe ser lento. Recordad que las prisas nunca son buenas consejeras, de hecho, son como trampas en forma de lazo, invisibles a simple vista, pero fatales para quien caiga en ellas.

Se que es tentador querer tener todo listo para ponerse a trabajar, esas ganas de crear el escenario a prisa y corriendo para que la historia comience a fluir, pero… ¿es eso lo que realmente queréis? Enfocadlo de esta manera: coged cualquier mundo que os guste, sin importar que sea literario, nacido de un videojuego o de una película, y haceros la siguiente pregunta: ¿nació en un día? Tratad a vuestro mundo como si fuera ese mundo en el que habéis pensado y trazadlo con la misma dedicación que os transfiere vuestro ejemplo. No tengáis prisa, el camino será largo pero el fruto siempre será dulce.

· Destacar unos entornos sobre otros: Si bien es cierto que este detalle lo he comentado antes, también lo es que una mínima mención no es suficiente para matizarlo del todo. Ya sea por mención de un personaje o por la aparición directa en la trama argumental, es inevitable que unos entornos del mundo sean más destacados que otros, incluso es muy posible que algunos ni siquiera cobren importancia al principio, pero es necesario.

Voy a poner un ejemplo: en la trilogía Memorias de Idhún el mundo no se conoce de golpe, de hecho, en el primer libro ni siquiera se le da un vistazo, solo meros esbozos conceptuales y menciones, apenas unas pocas escenas ocurren en él; no hasta el segundo y el tercer libro que se conoce al detalle a través de la exploración directa de los personajes. Igual que en el ejemplo anterior, no queráis revelarlo todo de golpe, planead con cuidado cuando y como ha de aparecer esta zona o aquella otra.

· Eres un dios, actúa como tal: Esto último es más un recordatorio que un consejo como tal, pero me veo en la necesidad de hacerlo. Aunque prefiera la visión paternalista como escritor, es cierto que a la hora de crear una historia todo escritor es un dios, no por nada creamos vida literaria de la nada y hacemos que latan pasiones y corazones donde antes no había nada.

¿Por qué he puesto el ejemplo de un dios y no el de un escultor o un pintor? La razón es simple: un dios crea porque necesita crear, obedece a un propósito mayor que él mismo, es dedicado a la par que egoísta, cuidadoso a la par que descuidado, atento a la par que indiferente; en otros términos: al igual que un dios, vosotros como creadores sois responsables de la vida que creáis y eso exige una responsabilidad directa, una de la que os desvincularéis una vez terminada la historia, pero hasta ese momento es vuestra obligación ser considerados con el mundo que estáis creando.

    Eso es todo por esta ocasión, espero que os haya servido de ayuda y disfrutéis de la entrada tanto como yo al escribirla. Hasta pronto y muchas gracias por leerme.

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