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viernes, 4 de diciembre de 2020

Creación de mundos 1 - Principios básicos

    Hola a todos, sed bienvenidos a este nuevo hilo de Creación literaria. En esta ocasión, vamos a centrarnos en el tapiz narrativo de toda historia, en el escenario y todo lo que conlleva: el mundo. ¿Preparados para la misión? ¡Vamos allá!

¿Qué es el “Worldbuilding”?

    Como ocurre con la mayoría de cosas, los nombres en inglés tienen ese algo, esa chispa, esa sonoridad que llama tanto la atención. El “Worldbuilding” es la herramienta clave de todo dios creador, de todo escritor que quiere dar vida a un mundo propio y llenarlo de las creaciones de su mente, ¿pero cómo de complicado es esto? Lo es, doy fe que lo es, a niveles inimaginables; tanto que da puro pavor de pensarlo.

    A pesar de la declaración anterior, toda cuesta puede remontarse si se rema lo suficiente. Este proceso puede ser tan maravilloso (o incluso más) que el desarrollo de personajes, aunque es indudablemente más tedioso, pero no por ello menos divertido. También hay que tener en cuenta la índole de nuestra historia: ¿es una trama de literatura fantástica en mundo nuevo? Hay que empezar desde 0. ¿Tomamos como referencia un período histórico concreto y una localización determinadas? Entonces hay ya no hay que crear tanto, pero sí que hay que informarse (siempre, por favor).

¿Por qué es tan necesario?

    Siempre pasa que las cuestiones más sencillas son las que esconden el agujero más grande. Pongámoslo de esta forma: ¿puedes construir una casa sin conocer antes el terreno? ¿Los personajes podrán caminar en un limbo de nada absoluta? ¿Quieres enfrentarte a un millar de preguntas por ignorar este proceso? La respuesta a todas esas preguntas es “no”, claramente no.

   La verdad es que mucha gente teme este proceso, mira a las altas cimas de la literatura fantástica, nombres ilustres como Tolkien aparecen en su mente y el pavor los invade; he aquí que hay que tener una cosa clara: tu mundo, tus normas. En esa norma tan sencilla está el encanto de crear tu propio mundo, puedes hacer lo que quieras con él, eres tanto su creador como su dios. ¿Cuántas veces has fantaseado con cambiar algo que no te gusta del mundo? ¿Qué darías por poder hacer lo que quisieras de la realidad que conoces? ¿Cuántos no hemos deseado recibir la carta de Hogwarts o que la puerta del armario nos transportase a Narnia? No tendréis mejor oportunidad, disfrutadla.

¿Qué factores debería tener en cuenta?

    Hay tantas cosas a tener en cuenta, las posibilidades se extienden como si fueran las ramas de un árbol, pero como en todo proceso creativo vosotros ponéis los límites. Los detalles y los elementos que necesitéis siempre variarían de una historia a otra, el patrón definitivo no existe y es mejor ni intentar crearlo porque tendrá tanta consistencia como la niebla en un vendaval. Pasa lo mismo que con las fichas de personajes: un proyecto, un concepto de mundo, unos detalles concretos.

    Es curioso, pero en este proceso siempre hay una serie de factores que se repiten siempre, esos elementos que se necesitan por fuerza mayor, tales como la geografía, la fauna y la flora, las razas, los reinos, etc. Ahora bien, por supuesto que cada uno varía de un proyecto a otro (insisto, la repetición es por vuestro bien, es necesaria) y a esos ya solo hay que añadirle los que requiera vuestro mundo: ¿queréis magia? Adelante. ¿Necesitáis dioses? Creadlos. ¿Distintos planos de la realidad? Manos a la obra. Recordad: vosotros decidís, siempre.

Consejos para el desarrollo:

    Siempre me gusta facilitar todo proceso en medida de lo posible, y siendo la primera entrada de este nuevo hilo no pienso cambiar mi sistema. Vamos con unos pasos antes de tirarnos de cabeza al proceso:

· Un boceto básico es el mejor principio: Nadie nace sabiendo y todo lo construido tuvo que nacer de algo tan simple como un boceto, ¿por qué un mundo no iba a seguir esa norma tan conveniente? Pensadlo bien, dadle vueltas a la cabeza, imaginad lo que queréis y no dudéis más, un lápiz y un folio serán vuestros mejores amigos en esta tarea. Tampoco es necesario que hagáis refinado en exceso, solo dadle forma, ya tendréis tiempo más adelante para pensar en los detalles.

Ahora mirad ese boceto y pensad: ¿se parece a lo que teníais en mente? Quizás deis con la tecla a la primera, a la segunda o tal vez a la quinta, con esto nunca se sabe, pero dadle amor a los folios y plasmad lo que os pide vuestra vena creadora. Puede que no sea un proceso rápido y lleve tiempo, pero cuando miréis el folio y estéis satisfechos con esa forma que habéis desarrollado… no hay mayor dicha.

· Haced lista de lo que necesitáis: Perfecto, ya está la forma, ahora vamos con los elementos, ¡hora de adornarlo! ¿Significa eso que hay que poner todos los detalles? Aún no, toca planificar un poco y nada mejor para ello que una lista, ya sea pequeña o grande, pero siempre necesaria. Hora de elegir lo que queréis, de responder esas preguntas que os surgirán antes o después. ¿Necesitáis un mundo completo? ¿Solo unas cuantas ciudades? ¿Queréis un cosmos completo? Dadle caña a esa lista de objetivos.

· Los detalles son sagrados: Esto es algo que hay que tener en cuenta siempre, pero nunca me gusta dejarla en el tintero: los escritores somos artistas de la palabra, así que no hay que tenerles miedo a los detalles, ¡los detalles son vuestros amigos! Sucede muchas veces que al leer una historia el nivel de detalle de lo descrito dice mucho, desde una simple indiferencia por el detalle hasta un amor profundo en cada descripción. Solo vosotros podéis decidir lo que queréis transmitir y el cariño que sentís por vuestras creaciones.

· Consultad manuales de referencia: Por suerte, todo gran proceso creativo tiene manuales de referencia, a veces unos pocos y otras veces a montones, pero los hay. Benditos manuales de referencia, de cuantos problemas salvan… A la hora de recomendaros alguno en concreto voy a ser objetivo, no voy a deciros los mejores ni a hacer un estudio para señalaros cual debéis a usar. Lo que si voy a hacer es, simple y llanamente, mencionar dos en mi posesión y a deciros porque los considero buenos:
  • “Reinos de Runaterra”: Esta obra de la corporación Riot Games trata sobre el universo de League of Legends y, no solo es una obra de culto para los amantes del juego, sino que además es el ejemplo perfecto de manual. En esta obra se pueden ver elementos claves para worldbuilding: civilizaciones, mapas, conceptos de tribus, costumbres sociales; todo está aquí. ¿Motivo para recomendarla? El amor y la dedicación que se aprecian en sus páginas.
  • “Enciclopedia de Idhún”: No os dejéis engañar por el título, no es una mera enciclopedia al uso, es el ejemplo más detallado que he visto sobre la creación de mundo. Partiendo desde el mismo índice te encuentras el orden perfecto de temas a tratar de mayor a menor, ¿por qué la recomiendo? No se deja ni un solo hilo, nada escapa a esta obra.

· Inspiraros en aquello que conocéis: Como se suele decir, hoy en día está todo inventado, y no es una verdad universal ni la más burda de las mentiras, solo es algo creíble a medias. ¿Por qué digo todo esto? Porque ahí está clave de lo que necesitaréis al principio: el mundo que os rodea es una fuente de inspiración, los mundos que habéis visitado como lectores o gamers también lo son, todo aquello que conocéis es un manantial del que beber.

Hay una frase que escuche hace tiempo y siempre me gusta señalar, una cita que viene perfecta para este punto. Es la siguiente: “no hay mejor maestro que la vida misma”.

· Paciencia, mucha paciencia: ¿Conocéis el refran “Roma no se construyó en un día”? Con la creación de mundos pasa tres cuartas de lo mismo, es una tarea de proporciones inmensas, pero ya sabéis cual es mi divisa: divertíos en el proceso, disfrutad siempre. Eso sí, el proceso será tedioso y los avances serán lentos, pero el resultado final será la obra de un dios, pues como escritor/a lo eres cada vez que creas.

    Eso es todo por ahora, espero que hayáis disfrutado de esta toma de contacto tanto como yo escribiéndola. Pronto comenzaremos el proceso capa a capa. Hasta pronto.

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