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jueves, 18 de febrero de 2021

Creación de Diálogos 3 - Personalización de Diálogos

    Bienvenidos una vez más a esta sección. Este mes la aventura está clara, ¿el objetivo? Conseguir los mejores diálogos posibles, algo que no es tan sencillo como parece. En esta ocasión vamos a indagar un poco en el aspecto de los diálogos, en cómo darle dinamismo y fluidez, así como hacer todo lo posible para que vosotros seáis los primeros satisfechos con ellos. ¿Listos? Let’s go.

¿Por qué es importante personalizar diálogos?

    Empezamos con una pregunta trampa, ¿por qué? Fácil: nada mejor para tener claro el objetivo que saber la razón detrás de este. Cabría pensar que escribir los diálogos es lo más fácil de la historia, que solo hay que hacer que los personajes hablen y digan lo que nosotros queramos; ¡craso error! No solo puede ser frustrante en ocasiones, incluso provocar parones en la escritura, sino que, además, es ridículamente fácil caer en la monotonía sin pretenderlo.

      Pongamos un ejemplo: la historia la cuenta un único personaje y la narra en 1ª persona, nada más fácil que darle voz y describir lo que él hace, pero… ¿qué pasará en el momento en que intervenga otro personaje? No solo hay que tener muy presente como diferenciarlos para no incurrir en el error, también influye el hecho de saber cómo se expresaría cada uno, si tienen muletillas o no, etc. ¿Empezáis a ver el problema?

      La forma más fácil de solucionar esto es preparación, simple y llanamente. No, no hay que estudiarse todos los detalles de la historia; tampoco hay que ser un obseso y planear cada diálogo como si fuera una obra de arte. Es mucho más sencillo que todo eso, lo único que necesitamos es conocer el momento narrativo de la historia y los personajes que intervienen en los diálogos. Nada más, un método rápido, bonito e infalible.

¿Tienen que llevar incisos todos los diálogos?

    Otra cosa a tener en cuenta es la presencia de la voz del narrador en los diálogos, ¿es realmente vital que siempre tenga algo que decir o señalar? La verdad es que no, de hecho, el uso de los incisos en mayor o menor cantidad depende del estilo de cada uno: puedes abusar de ellos, usarlos periódicamente o según te surja, así como darles importancia cuando no te quede más remedio. Sin embargo, algo que no podemos dejar por alto es la necesidad de esto: queramos o no, forman parte de la estructura del diálogo y no podemos escribir conversaciones a base de parlamentos.

      Ahora bien, hay una serie de situaciones en las que usar los incisos es completa y totalmente necesario. Dichas situaciones pueden ser:

  • Gestos o acciones
  • Comportamiento propio del personaje que habla
  • Diferenciar con verbos (añadió, interrumpió, cortó) la intervención en el diálogo de X personaje

Recursos para personalizarlos:

    Una vez llegados a este punto, toca meterse en detalles técnicos y señalar una serie de aspectos que pueden ayudar a enfocar los diálogos en uno o varios sentidos. Aquí van algunos de ellos:

· La raya y sus usos: Para empezar, algo que hay que tener muy presente es que el guion (-) y la raya (—) no son lo mismo, de hecho, el único vitalmente necesario es la raya. Este no solo es el que introduce el diálogo, sino que aparecerá en todo momento dentro de este (ya sea en los parlamentos o en los incisos). Muchas veces ocurre que los escritores noveles confunden el uno con el otro, ¡ya no más! Recordad: — este sí, - este no.

Por supuesto, la raya tiene una utilización correcta. Vamos con un par de ejemplos para ilustrarlos:

—Hola —dijo él—, ¿llevas mucho esperando?
—Que va —dijo ella—, acabó de llegar. —Una figura que se acercaba llamó su atención—. ¿No es ese que se acerque James?

En esa conversación corta radican todos los usos a señalar, pero vamos paso a paso. En el primero vemos la señalización adecuada de un diálogo (primera palabra pegada a la raya, incisos entre rayas separadas y espacio para continuación de diálogo) y ejemplifica el uso de un verbo para señalar las acciones del personaje; mientras que el segundo hace algo muy distinto: señala una acción ajena al diálogo entre ambos personajes.

Además de eso, también sirven para demostrar el uso de la coma y el punto en estos: si continua una frase corta o que permitiría coma, es correcto ponerla (puede hacerse tanto al inicio del diálogo como tras inciso, yo soy participe de lo segundo); en caso de que el inciso revele una acción fuera del diálogo o que no exprese una forma específica de intervenir en este, lo correcto es terminar la frase con un punto y que el inciso empiece en mayúscula.

· Los verbos dicendi y los incisos: En relación con el punto anterior, el hecho de que se use un punto o no antes de la aparición de inciso está relacionado especialmente con la clase de verbos conocidos como verbos dicendi. Todo verbo que haga alusión al acto comunicativo o que exprese un deseo de comunicase pertenece a esta categoría; es más, seguramente hayáis usado estos verbos siempre y no os hayáis dado cuenta.

Ejemplos tan claro como “decir”, “contestar” o “interrumpir” son solo unos pocos del amplio abanico disponible. ¿Queréis ser conscientes de todos? Tan sencillo como buscar poner en Google “lista de verbos dicendi” y listo.

· Alargar los diálogos con »: Un recurso muy utilizado por autores consagrados y que no se tiene muy presente es el uso de «» o comillas españolas. Estás se pueden usar de muchas formas distintas, pero en este caso vamos a referirnos a como continuar un diálogo de un mismo personaje. Aquí tenéis un ejemplo extraído de la página 80 de El nombre del viento:

—Pero supongo que tengo que remontarme aún más en el tiempo. Si esto tiene que ser una especie de libro de hechos, tendré que dedicarle el tiempo que merece. Valdrá la pena si se me recuerda, si no con halago, al menos con cierta medida de precisión.
»Pero ¿qué pensaría mi padre si me oyera contar una historia así? “Empieza por el principio.” Muy bien, si vamos a contar una historia, contémosla bien.

El pasaje anterior nos demuestra dos cosas: primera, no se necesitan incisos en un diálogo de una extensión media a modo de soliloquio; segundo, revela también como usar palabras de un personaje concreto entre comillas inglesas o “”. Volviendo al uso de «», para continuar un diálogo de un mismo personaje solo hay que saber dónde cortarlo y utilizar » para introducirlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta lo siguiente: este uso solo se da para continuaciones inmediatas, si otro personaje habla antes de continuar el diálogo de ese personaje entonces sería incorrecto. Recordad: inmediatamente posterior, siempre.

· Cómo manifestar pensamientos: Otro uso que se le puede dar a las comillas españolas («») es para introducir pensamientos. Para hacerlo es tan sencillo como poner el pensamiento entre comillas y seguir con el verbo pensar. He aquí un ejemplo:

«Ojalá pudiera cambiar lo que hice», pensó con arrepentimiento.

Este uso es muy bueno para usarlo fuera de diálogo e incluirlo en los párrafos meramente descriptivos (en resumen: todo lo que no sea diálogo). Además, existe otra posibilidad al respecto: el uso de las cursivas. A diferencia del anterior, este empleo no requiere ningún verbo que lo señale. El simple hecho de usarla ya es indicativo suficiente, vamos con un ejemplo.

Ojalá pudiera cambiar lo que hice. Los hechos del pasado aún carcomían su mente.

La primera frase introduce el pensamiento y la segunda sería la voz del propio narrador; sin embargo, existe un inconveniente con este uso: normalmente, el uso de las cursivas está reservado a nombrar elementos en otra lengua (ej: nombre de una espada, términos en otra lengua, la primera mención de un hecho significativo) y puede llevar a confusiones. Por esa razón es preferible utilizar el primero antes que el segundo (todo es cuestión de gustos, yo prefiero el uso de cursiva).

· Atajos de teclado: Voy a contaros un secreto, algo que os va a solucionar muchísimo la vida y que puede resultar incluso divertido en los ratos libres. ¿Nunca os habéis preguntado para que sirve el teclado numérico de la derecha? He aquí el truco: con las combinaciones adecuadas, puede crear prácticamente todo, pero ¿cómo se consigue esto? Usando la fórmula Alt + combinación de cuatro números, se desbloquea un símbolo concreto unido a un comando específico.

Sí, suena muy difícil y hay que saberse los códigos de antemano, pero tranquilos, aquí os enseño los más útiles:

Alt + 0515: —    Alt + 0171: «    Alt + 0187: »

Estos no solo sirven para introducir códigos concretos, sino que también pueden modificar con otros más sencillos la letra del texto o incluso el tipo de alineado. Para estos solo hay que combinar Ctrl + Letra, estos son los principales:

Ctrl + N: Negrita Ctrl + K: Cursiva Ctrl + S: Subrayado Ctrl + J: Justificar Ctrl + T: Central

Aún hay más, aquí está la salvación definitiva (más para cuando hace falta investigar algo y necesitas información concreta que para narrativa, pero lo señaló igual). Con la combinación de Ctrl + Letra adecuadas, se pueden conseguir cosas tan bonitas como:

Ctrl + C: Copiar              Ctrl + V: Pegar

· Tener muy en cuenta las emociones: Para terminar, solo un apunte que considero de especial importancia: las emociones de los personajes tienen un papel muy importante, no solo por lo que pueden expresar y como lo harán, sino por cómo evolucionará el diálogo o los signos que haya que emplear. Un personaje dubitativo abusará quizás de expresiones como “Pe-pe-pero” y usará el guion (-) para mostrar tartamudeo, mientras que un personaje enfadado podrá demostrar su rabia usando las exclamaciones, en formas como “¡qué dices!” o “¡Traidor!”.

Consejos para personalizarlos:

    Hora de la recta final y los consejos de cierre, no puedo evitar tener que guardarme esas pequeñas cositas para el final. Estos son los aspectos a señalar esta vez:

· Tened en cuenta las personalidades de los personajes: Al igual que pasa con las emociones, las personalidades de los actores no están ahí por mero capricho, es más, condicionan el diálogo en mayor o menor medida. Tan importante como lo es la descripción física de los mismos también lo es la mental, en este caso su personalidad. Por favor, no hagáis clones, imprimid en vuestros diálogos el carácter de vuestros personajes.

· Pensad siempre cuántos personajes participan en una conversación: Ojo cuidado con esto, no es la primera ni la última vez que pasará y es frustrante, pero que muy frustrante, releer un diálogo y ver que de repente un personaje se ha quedado fuera sin explicación aparente. Vamos con un ejemplo: empiezan hablando 4 personajes, pero la conversación se caldea y de repente dejan de intervenir 2 y solo hablan los que están metidos en una discusión.

En ese ejemplo han podido pasar 3 cosas: a) al escribir la escena te has venido tan arriba que te olvidaste que los otros dos estaban ahí; b) decidiste que no querías que intervinieran, pero no señalaste en la historia porque no intervenían o que hacían mientras tanto; c) ni siquiera te diste cuenta de ello. Sin importar cuál de las opciones sea, es algo muy grave que hay que intentar evitar. Por eso se recomiendo pensar muy bien los diálogos y a que personajes incluirán, de lo contrario el lector podría percibir esto y no causaría muy buena impresión (de hecho, en casos muy aparatosos hasta puede dejar de leer, ¡máximo peligro para la historia!).

· No forcéis los diálogos largos: ¿Recordáis el uso de «» para continuar diálogos? ¿A qué queda muy bien visualmente y dan ganas de probarlo? Sí, entiendo que la novedad da ganas de emplearlo, pero no se puede hacer sin más, tiene que tener una lógica. Vamos, en pocas palabras: ni se os ocurra meter una intervención larga en un diálogo porque sí, nada tiene que sé por capricho y los diálogos menos, ¡muchísimo menos! La preocupación es la mejor amiga del escritor, tenedlo presente.

· Jugad con el entorno y las acciones: No todos los diálogos tienen que ser estáticos (es más, la mayoría no lo son) y pueden darse en mitad de situaciones que requieran mucho movimiento, tales como una batalla, una carrera o una persecución. Si he dicho antes que es muy importante tener presentes las emociones, tanto o más lo es ser consciente de en qué punto de la historia están ocurriendo y que pasa en la historia en ese momento.

No tiene sentido poner a dos personajes hablando con total tranquilidad en medio de una batalla campal, igual que tampoco lo tiene que dos enemigos a muertes se estén riendo mientras intentan matarse. Todo con sentido es bien, si no lo tiene… tenemos un problema.

     Esto es todo por ahora. Muchas gracias por leerme, espero que esta sección os ayude. Hasta pronto.

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