Hola de nuevo, ¿preparados para seguir trabajando con el worldbuilding? En esta ocasión vamos a tocar el meollo del asunto, la razón de ser de un mundo literario: la historia. ¡Vamos allá!
¿Por qué es necesario crear el mundo antes que la historia?
Mucha gente podría pensar que este paso no tiene lógica, es decir, ¿cómo voy a construir un mundo antes de pensar en la historia? Pensadlo de esta forma: un día surge una idea, el deseo de escribir una historia, el nacimiento de un proyecto, pero claro, toda historia necesita un escenario, un mundo donde ocurrir; es en este punto donde la pregunta cobra sentido.
Plantearse la creación del mundo antes de escribir la historia en sí tiene su razonamiento siguiendo dos ideas fundamentales: de crear primero la historia, habría que adaptar el mundo a esta y eso podría dar pie a una serie de errores (vacíos argumentales, incoherencias en la historia, reescritura de la historia, etc.); la creación inicial del mundo por encima de la historia no solo solucionará contratiempos durante el desarrollo de esta, sino que dará fuerza a la construcción de la misma. En otros términos, ambos argumentos se podrían resumir como “seguridad” y “fundamento”.
¿Hasta qué punto influye el mundo en la trama?
Otra pregunta con truco, como suele pasar en todo proceso literario. Bien, pongamos por ejemplo que la historia y la trama se han construido siguiendo el orden anterior, que no hay cabos sueltos y todo ha resultado más sencillo de lo que debería; sin embargo, una nueva cuestión aparece: a la vez que estabais construyendo la historia, ¿tuvo el mundo algo que ver en la toma de decisiones?
Pensándolo de una forma simple, el mundo es la clave del eje central de la historia, la razón que imposibilita unas cosas y hace que otras sean totalmente lógicas. Si tomamos una novela de literatura fantástica de corte medieval, la aparición de dragones tiene su lógica, mas no pasaría lo mismo si pusiéramos a un dragón de carne y hueso en un universo de corte futurista completamente mecanizado. ¿Veis a que me refiero?
Si bien es cierto que la literatura es un mundo libre y que todo es posible en el universo ficcional nacido de la mente, a la hora de la verdad todo tiene que tener sentido o una justificación. Esto no solo afecta a las novelas escritas, sino a historias de cualquier formato: series, animes, películas; todos están sujetos a esta regla. Tomando como referencia a Doctor Who, la época en la que la Tardis aparece condiciona los acontecimientos en cierta forma, ya que no se puede esperar lo mismo de la época victoriana que del mundo miles de años en el futuro.
¿Cuáles son las partes que componen una trama?
Una vez entendidas las partes anteriores, es momento de entrar puramente en la teoría, algo totalmente necesario pero que no siempre se aprecia lo suficiente. Al igual que todo en la vida, la trama sigue una serie de pautas y tiene un orden específico, en este caso tres partes bien definidas (seguramente ya las conozcáis, pero repasar un poco no mata a nadie).
En primer lugar, tenemos la Introducción, el corazón de toda historia, la línea de salida, el arranque inicial. Esta no solo es la parte vital para que la historia entre en consonancia con el lector, sino que en ella reside que este pueda disfrutar la historia al comprenderla. Para empezar, toda trama debe arrancar con fundamentos básicos como la presentación de los personajes, el contexto donde ocurre, el lugar y el tiempo en el que se desarrolla o, incluso, el inicio de un conflicto. Además de esto, es vital que tenga gancho y sea buena, capaz de atrapar al lector, pues no olvidemos que de ella depende que la historia sea atractiva o, por el contrario, no atrape lo suficiente.
Una vez logrado esto, pasamos a la siguiente fase: Nudo (también conocido como Complicación o Desarrollo). Esta parte es el eje central de la historia y con diferencia la más extensa, la que atrapará al lector y lo llevará a seguir leyendo. Como bien indica su nombre, en este punto de la historia es donde aparecen los obstáculos, los objetivos, los retos que deberán hacer frentes los personajes o, resumiendo todo lo anterior, el nudo argumental. Tampoco se puede pasar por alto que el mayor juego argumentativo reside en ella, no solo por las posibilidades que ofrece para la historia sino por el poder que tiene sobre la trama.
En última instancia, pero no por ello menos importante, queda una última etapa en toda trama: Desenlace o Solución. El broche de oro, la recta final, la línea de meta; tan necesaria para la satisfacción de lector y autor como para el cierre de la historia, no existe trama completa sin esta parte decisiva. Por supuesto, el juego está servido con esta y no se ajusta a ninguna clase de final establecida, razón de más para valorarla como se merece.
Toda trama debe estar compuesta por esas tres partes y la conforma en su conjunto, pueden entenderse de muchas formas distintas pero, en definitiva, una buena forma de considerarlas sería la siguiente: Introducción es el inicio del camino, Nudo es la travesía por el mismo y Desenlace es la llegada al destino.
¿Esta estructura debe cumplirse siempre?
Siendo estrictamente literal debería decir sí, toda trama debe estar compuesta por esas tres partes sin excepción, en cambio si la interpretación es más abierta y la pregunta se convierte en “¿debo seguir ese orden establecido”, entonces la respuesta se convierte en un no. En el mundo literario todo es posible y eso ha quedado demostrado a lo largo de la historia, de hecho, si bien la mayoría de autores decide seguir la tradición impuesta por Aristóteles, el padre de la estructura tradicional, no todos han seguido ese camino.
Sin ir más lejos, muchas obras en español han demostrado este último y un ilustre referente es Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Esta obra, lejos de seguir el tópico, usa una estructura temporal distinta y empieza cuando la parte última, Desenlace, ya ha ocurrido; de hecho, el juego de la obra consiste en partir de un “desenlace” ocurrido para crear una trama que inicie de nuevo partiendo de la estructura básica. La novela juego con la normativa y con la alteración de la misma, considero por ello que no existe mejor ejemplo para sacar a relucir este hecho.
¿Cuántas clase de tramas hay?
Bien, una vez conocidas las partes de la trama, es momento de conocer cuantas clases de tramas pueden utilizarse y la razón de ser las mismas. Al igual que ocurre con los personajes, las tramas también siguen un fundamente en función de una característica propia, lo que nos deja con dos grandes ordenes:
- según su importancia
- según su construcción.
Según importancia:
Para empezar, la importancia de las tramas tiene mucho que decir de su papel en la historia, incluso de la aparición de las mismas en el argumento y el hecho de que el lector sea participe de estas. Siguiendo este criterio, existen dos clases de tramas, quizás evidentes a simple vista, pero con un encanto oculto que desvelar: trama principal y tramas secundarias. Vamos a tratar en detalle cada una de estas:
· Trama principal: Como su propio nombre indica, es la línea argumental principal de la historia y la que tendrá la voz cantante en todo momento. El hecho de que esta controle todo el relato obedece a una serie de razones: la historia es creada a raíz de esta, todo lo ocurrido gira a su alrededor y es el eje central del libro en su totalidad; sin embargo, en su poderoso fundamento existe algo innegable y no es otra cosa que su individualidad. En ningún momento podrá haber más de una trama principal, no solo porque llegaría un momento inevitable en que chocarían sino en que, de haber más de una, no hablaríamos de una trama principal sino de arcos argumentales; en definitiva: la trama principal es única e intransferible.
· Tramas secundarias: Al contrario que ocurre con la anterior, su fuerte está en la pluralidad de sus posibilidades, pues es inevitable que una historia tenga varias tramas secundarias, no solo por las capacidades que estas tienen para hacer evolucionar la historia en más de un camino diferente, sino también por la razón de ser de su mismo nombre. Totalmente dependientes de la trama principal, pero al mismo tiempo sus mayores aliadas, son totalmente necesarias para una historia por una serie de razones: un argumento lineal capaz de avanzar en una sola dirección no solo sería insulso a simple vista y fácil de entender, pecaría por su falta de construcción; en cambio, la adición de nuevos caminos no evita en ningún momento que la historia siga ese camino, todo lo contrario, abre nuevas vetas que explorar sin alejarse del argumento.
En términos simples, tramas y personajes son más parecidas de lo que cabría esperarse y la razón de esto sigue tres fundamentes básicos:
1. Los apelativos “principal” y “secundarios” no son mero capricho, tienen un propósito: ambos representan una pareja perfecta, siendo las principales quien lleva las riendas del baile y las secundarias las que refuerzan el ritmo a la par que se dejan llevar por él.
2. Como todo organismo, construcción o plan, la historia es una tarea demasiado compleja para una sola trama principal, por lo que necesita de tramas secundarias, no solo por la mejora que supone para la misma sino para darle a cada actor su posibilidad de brillar.
3. Especialmente relacionadas con los personajes, cada uno de estos está estrechamente relacionado con una u otras en función de su importancia; de hecho, ocupan sus mismos roles: personajes-tramas principales hacen girar el motor de la historia, mientras que personajes-tramas secundarias refuerzan y hacen avanzar a buen ritmo a las primeras.
Según su construcción:
Respecto a la construcción de las mismas, existe un abanico generosamente más amplio que en el primer grupo, mas la razón para esto es por el condicionamiento de estas hacia ellas. Si las primeras designan su rol en la historia, estas segundas señalan como serán y porqué; de hecho, la peculiaridad de estas radica en que no solo encontramos una división inicial sino una subdivisión dentro de estas. Para entender esto, procederé a explicar brevemente esta división primigenia:
· Según sus propios términos: Este tipo de tramas se rigen por la forma en que ha avanzado la historia hasta su momento final, tomando únicamente el desenlace como elemento distintivo. Dicha apreciación las convierte en dependientes de ese último trama, mas no por eso significa que descuiden el resto de la trama, solo que su razón de ser está en la recta final.
· Según su modo de presentación: Si en las primeras es el final lo que importa, en estas será la primera parte de todas, introducción, la que tenga la voz cantante. Esta clase de tramas obedecen a la forma en que se presente la historia y avanza, es decir, la estrategia narrativa que sigue el autor en la novela.
Una vez entendido este matiz estructural a la hora de distinguirlas, existe una serie de tramas que obedecen a una estructura u otra. Para facilitar la división de las mismas, presentaré primero las de un tipo y después las del otro. A continuación, explicaré la razón de ser de cada una y que las hace funcionar:
· Trama de resolución: Marcadas por el final, estas tramas persiguen la culminación de un objetivo sin importar cual sea, pudiendo ser desde un obstáculo en el camino de los personajes hasta un misterio sin respuesta. El fin último de esta clase de tramas es señalar al final si se ha conseguido salvar ese objetivo o, si, por el contrario, se ha fracasado (salvar a la princesa, superar una enfermedad, matar a un enemigo, etc.). En apariencia pueden parecer simples, pero no os dejéis engañar, identificar una de estas puede ser una tarea ardua hasta para el lector más experto. Un buen ejemplo de esta clase de tramas se da en obras como Toletum.
· Trama de revelación: A diferencia de las anteriores, la razón de ser de esta clase de tramas radica en el fin último de un conflicto principal, un acontecimiento por encima del protagonista mismo y que condicione la historia debido a su importancia. Tan fácil de entender como complicado de asimilar, su atractivo está en lo específicas que son y lo ocultas que pueden estar a primera vista (el fin de una guerra, la llegada de la vejez o la muerte, el paso de los años, etc.). Un ejemplo válido de esta trama sería Crónica de la Torre 3: La llamada de los muertos.
· Trama narrativa: En esta clase de tramas la composición de la obra resulta clave, siendo la razón misma de su existencia y la manera más fácil de localizarlas. En concreto, esta clase de tramas es la más común de identificar, ya que está basada en los eventos, acciones y sucesos que ocurren en la historia; en otras palabras, están especialmente relacionadas con el argumento. Cualquier historia es un buen ejemplo de esta, por ejemplo, El pacto de los lobos.
· Trama descriptiva: Al contrario que la anterior, en la que prima todo lo que ocurre en la historia a nivel argumental, en esta clase de tramas todo gira en torno a la descripción y solo este aspecto importa. Sin importar la clase de elemento a describir, ya sean personajes, escenarios o partes del entorno, las descripciones son lo único importante. Un buen ejemplo de esta son historias que cuiden especialmente los detalles y sean muy descriptivas, como por ejemplo El nombre del viento o El temor de un hombre sabio.
· Trama argumentativa: Quizás la menos utilizada de todas, así como la más compleja en cuanto a comprensión, esta clase se concentra en la defensa o el ataque de ciertas posturas específicas dentro del texto. Para un texto de género ensayístico no sería difícil de entender, mas en lo que a historia se refiere no es tan sencillo y puede llevar a confusión, ya que su nombre no la relaciona con el argumento sino que la realidad es que sigue los tres principios básicos de la trama (introducción, nudo, desenlace). En términos simples, esta clase de trama escoge un tema concreto y lo explota a lo largo de la historia. Quizás sea un ejemplo cogido con pinzas, pero Memorias de Idhún: La resistencia, cuyo argumento gira en torno a una profecía, sea un buen referente.
· Trama paralela: Ciertamente curiosa y especial entre los distintos tipos, esta clase de trama da un juego interesante a la par que complejo. Su encanto reside en la evolución paralela de dos historias (trama principal y secundaria, o varias secundarias) que confluyen en un punto determinado de la historia, ya sea en el nudo o el desenlace. Son bastante atractivas a la hora de su lectura por lo escasamente lineales que son, ya que las sorpresas y los giros de guion son una parte esencial de estas. Un ejemplo insigne y totalmente recomendado de este tipo es Héroes de Cobre.
¿Se pueden combinar distintos tipos de tramas en una misma historia?
Sin duda alguna, de hecho, no existe una razón discutible para no hacerlo. Pensándolo detenidamente, toda buena historia que se precie nace de la mezcla de dos de las estructuras anteriores, concretamente la trama narrativa y la trama descriptiva. Como señale anteriormente, el mundo literario es ilimitado, basto en su capacidad y totalmente libre, por lo que no hay mejor manera de experimentar que atreverse con nuevas posibilidades (aunque de hecho todos usamos esa combinación señalada en este apartado)
¿Es lo mismo trama que argumento?
Antes de pasar a los consejos, no he querido dejarme esta cuestión en el tintero por lo peligrosa que resulta, porque claro, ¿cuántas veces ha podido surgir esta pregunta y se ha dado por sentado el “si”? Lamento comunicar que la respuesta es un claro, gigantesco y magnánimo “no”. Entiendo que esto pueda resultar chocante incluso, no solo por la similitud entre ambas sino por la diferencia tan invisible que radica entre ambas.
Para entender la diferente existe un elemento clave: las relaciones entre las acciones ocurridas en la novela. En esencia, en primera instancia se encontraría el argumento, que recoge las acciones ocurridas en la historia en orden cronológico sin tener en cuenta las relaciones entre estas y, en segunda instancia, la trama, que no es otra cosa que la forma de presentar esas acciones y las relaciones establecidas entre ellas. ¿Lo veis ahora? Una diferencia tan nimia, pero al mismo tiempo tan importante, que relaciona argumento y trama, ya que no tendrían razón de ser la una sin la otra y son complementarias.
Consejos a tener en cuenta:
Es momento de los consejos para dejar afianzado todo lo contado en esta entrada, ¿listos? Aquí los tenéis:
· Elige las tramas que incluirás antes de escribir: Se que me repito mucho e incido como un padre que quiere que un hijo aprenda, pero no me cansaré de repetirlo: planificación como piedra de toque. Reconozco que es un método muy mapa, que es completamente contrario al espíritu brújula, sin embargo, ya sea en mayor o menor medida siempre hace falta planificar un poco.
· No compliquéis demasiado las tramas: Después de todas las veces en que he dicho que los detalles son necesarios, ahora es el turno de contradecirme y voy a ser claro: a veces los límites son buenos y meter demasiados detalles para complicar las tramas no solo os complicará la existencia, también es muy posible que provoque bloqueos y posibles momentos de frustración; por ello os insto a tener cuidado, más no es siempre mejor.
· Nunca dejes pasar la oportunidad de crear tramas secundarias: Posiblemente esto haya quedado claro con la entrada en sí, pero nunca está de más asegurarse. He aquí mi argumento: imaginaos que la trama es un perrito, un perrito mono y adorable, sin amigos con los que jugar, ¿no queréis que lo pase bien? Entonces toca crear tramas secundarias y explotar todas las posibilidades (sí, soy consciente de que el ejemplo roza lo infantil, pero a todo el mundo le gustan los cachorros). Además, todos los personajes merecen su momento de gloria y hay que ser agradecido con los secundarios.
· Reparte las tramas secundarias con cuidado: Vuelta a contradecirme, voy a cambiar el enfoque esta vez: necesitaréis tramas secundarias, eso está claro, pero es mejor pensarlas bien y tener cuidado o, de lo contrario, podéis meteros en un agujero del que no podáis salir con facilidad. Imaginad que las tramas secundarias son cepos, agujeros con pinchos, lo que más miedo os de; pues con ese mismo respeto hay que pensarlas (y ya puestos, también las principales).
· No fuerces la historia, deja que todo ocurra con fluidez: Esto es de cajón y no debería tener que decirlo, mas no pasa nada por sacarlo a coalición. Vamos con un ejemplo: todos tenemos ese personaje secundario que nos ha llegado al corazón, que queríamos que brillara más, que merecía ser el centro de atención; sin embargo, su oportunidad se veía limitada. Sois escritores, vais a crear personajes, ¿qué os asegura que no creéis a vuestro secundario ideal? Recordad que la trama principal es sagrada y no debe alterarse por capricho, así que por favor (repito: por favor), no forcéis la historia para darle protagonismo a ese personaje.
· Los detalles son importantes, pero no dejes que te controlen: Lo he dicho en esta misma entrada y lo recalco ahora: precaución, camaradas, precaución. Como mentes creadoras que sois, vosotros tenéis el control y así ha de ser siempre. En el momento en que perdáis el timón del barco, este estará condenado a hundirse. Tenedlo en cuenta.
Esto es todo por hoy. Muchísimas gracias por acompañarme en este viaje, esto no sería posible sin vosotros. Hasta la próxima.
Muy buen enfoque de la cuestión !
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Me alegro de que te haya gustado. Tengo más entradas sobre worldbuilding si te interesa el tema :)
Eliminar