Lista de libros

jueves, 21 de enero de 2021

Especial 3 meses - Terror

     Hoy es un día muy especial para el blog, un día de celebración nada menos, pues el proyecto que con tanta ilusión empecé en octubre de 2.020 empieza a afianzarse con el paso del tiempo. Hoy ya han pasado 3 meses de esa primera entrada de presentación y eso es algo que celebrar.

    Como quiero que el blog sea dinámico y me importa contar con la opinión de los lectores, pregunté cuál era la temática que queríais para esa entrada especial. Por suerte o por desgracia, esa tímida solicitud cayó en saco roto menos por una persona, mi estimada amiga Elena, también conocida como @Shashakia en twitter. A petición suya y su elección, el terror, está será una entrada de creación literaria enfocada en el género del terror.

   ¿Preparados para conocer el origen del miedo y sus formas? ¿Listos para conocer los secretos del lenguaje terrorífico? ¡Vamos allá!

¿Cómo nació el género “literatura de terror”?

  Como ocurre con todo, el género del terror tiene una base real y se remonta a época medieval, concretamente en las creencias oscurantistas del feudalismo. En ese período el miedo a lo desconocido era muy real y se basa en elementos de tradición religiosa, tales como la muerte, la creencia en el maligno y la magia como una herramienta de fuerzas oscuras. De esta forma, un elemento que se asociaba en el pasado con seres de leyendas como brujas, demonios o espectros, acabo evolucionando a lo que hoy conocemos como la “literatura de terror”.

   ¿Cómo sucedió ese cambio? El miedo, lejos de desaparecer con el paso del tiempo, fue adquiriendo nuevas formas y tuvo en la literatura un reflejo claro: el horror y la repulsión. Con la llegada de la época moderna, la falta de entendimiento hacia lo desconocido hizo evolucionar el terror a muchas y variadas formas: fenómenos extraños sin explicación, climas terribles como las tormentas, desapariciones, etc. El terror se expandió en la literatura y paso de ser un elemento provocado por criaturas de pesadilla a, simplemente, un sentimiento que aparecía cada vez que sucedían fenómenos inexplicables o que escapaban al conocimiento del período.

¿Es lo mismo terror que “horror” o “repulsión”?

    Ahora bien, nacidos del terror, pero no necesariamente iguales, hay que hacer una distinción entre el terror y los conceptos hermanados con este: horror y repulsión. Muchos expertos, la mayor parte escritores del género, han expresado sus teorías sobre dicha referencia. Para empezar, los siguientes autores alegaron:
  • Nöel Carroll alegaba que la diferencia entre horror y terror estaba basada en la presencia de un ente sobrenatural, un monstruo. Según su teoría, la presencia de un monstruo sería provocada por la existencia de un ser inexplicable, una criatura alejada de las convenciones del mundo conocido, mientras que el terror sería provocado sin la presencia de este, siendo las propias personas las que aterrasen a otras por sus actos.
  • Ann Radcliffe tenía un punto de vista bien distinto, argumentando que ambos son sentimientos diferenciados por el momento en que se produce. De esta forma, el terror nacería en el momento previo al evento temible, mientras que el horror sería el sentimiento surgido como respuesta a la repulsión o el asco por lo sucedido.
  • En cuanto al maestro del género, Stephen King, su opinión se escalonaba en función de los niveles de espanto sufridos por el usuario: según su sistema de tres niveles, el nivel más alto sería el horror (sensaciones físicas, reacciones fisiológicas), el nivel intermedio pertenecería al terror (sensaciones mentales, relacionadas con las ideas y especulación) y el más bajo a la repulsión (reacción ante la presencia de restos humanos o la amplia presencia de sangre).
    Tal y como se aprecia en los ejemplos anteriores, la repulsión solo tiene cabida a partir de la teoría de Radcliffe, pero toma cuerpo con los fundamentos de Stephen King. ¿A dónde quiero llegar con esto? Si bien la literatura los dos primeros tienen relevancia documentada, la repulsión es más un sentimiento humano que no tuvo ese valor hasta que el autor mismo se lo confirió. A decir verdad, donde más fácil resulta apreciar la diferencia entre los tres términos se da en el campo cinematográfico, donde se podría fácilmente apreciar en los siguientes géneros: Slasher y Gore en el caso de la repulsión, Psicológico en el caso del terror, y cualquier género en el cado del horror (sorprendentemente, este último deja pie a una interpretación más abierta).

Características de la literatura de terror:

  Una vez explicado lo básico sobre la literatura de terror, es tiempo de ahondar en las características que lo difieren de otros géneros, como puede ser la fantasía o el romance (son ejemplos a cuál más dispar, pero son perfectos dado el caso). Principalmente, el hecho de causar terror en la literatura está asociado a tres elementos principales:

· Reacciones: Lo más básico para inspirar miedo está en jugar con las reacciones de los personajes, pero de una forma que hagan impacto en el lector. Pongamos un ejemplo: la típica escena de película de terror, esa que sin música no funcionaría porque ese elemento es el que pone los pelos de punta, imaginad como sería escrita. La clave de jugar con las reacciones del lector es imaginarlas, meterte en su mente, anticipar de que formas puede asimilar la información y usarlas en su contra (a tu favor) para causar la tan esperada reacción.

· Estética oscura: Relacionada directamente con la anterior, la estética del escenario es la mejor arma a tu disposición y cuánto más oscura, tétrica y lúgubre sea, tanto mejor para el susto. Al contrario que con las películas, los escritores no contamos con un medio auditivo que respalde esa sensación de terror, pero si contamos con descripciones, mucho más efectivas a la hora de meterse en la mente. Tomemos el siguiente ejemplo: un bosque raído y de color gris ceniza, la ausencia total de vida, el vuelo de funestos cuervos y, en mitad de un bosque desolado, una única casa con una puerta abierta, solitaria, silenciosa… ¿Veis el truco? Hay que meterse en la mente del lector y las descripciones son la parte central del triángulo terrorífico.

· Personajes arquetípicos: Por último, pero no por ello menos importante, los personajes, ¿qué sería de cualquier historia sin ellos? Aunque pueda parecer algo fruto de la pereza, los arquetipos funcionan especialmente bien con este género; de hecho, son el corazón central de esta clase de historias. Desde monstruos sobrenaturales a demonios, desde asesinos seriales hasta psicópatas desquiciados, sin olvidarnos de los fantasmas y presencias inexplicables hasta los niños menos inocentes que puedas imaginas; estos son las armas vivientes perfeccionadas del terror.

  Efectivos tanto por separado como en conjunto, estos son los tres componentes del triángulo terrorífico. Una forma simple de entenderlos sería la siguiente: los personajes son las armas, el escenario es el medio y las reacciones son el fin. ¿Lo mejor de todo? El cine puede ayudar mucho y si sois fans del género… entonces sacad libreta y boli, poneros a ver películas según el tipo de terror que necesitéis y no perdáis detalle.

Géneros dentro de la literatura de terror:

    Respecto a los géneros dentro de la literatura de terror, no son pocos precisamente y cada día nacen nuevos, ya sea por la necesidad del público o por el descubrimiento de una nueva vertiente inexplorada según la opinión del autor X o Y. Sin embargo, algo bien sencillo es distinguirlos en función de los siguientes parámetros:
  • Tradicionales o reconocidos
  • Explícitos o temáticos
  • Derivados del terror
   Una vez conocida esa división, procederé a hablar de ellos abordando cada uno de los grupos. Empecemos.

Tradicionales o reconocidos:

   Desde su mismo origen, la literatura de terror se ha distinguido por seguir tres vertientes claras, cada una basada en un principio característico: la discordancia en elementos cotidianos, la irracionalidad unida a lo sobrenatural y la falta de distinción entre realidad y ficción; o, en otros términos, los géneros uncanny, fantástico y psicológico. Estas son las características más notables de cada uno:

· Terror uncanny: Nacido del término alemán unheimlich, esta palabra inglesa hace referencia a lo siniestro y misterios con un toque fuera de lo normal. En pocas palabras, esta variedad de terror juega con la falta de cotidianidad o, mejor dicho, con el brusco cambio en elementos cotidianos. Dos ejemplos insignes de esto son los comportamientos extraños, tales como la una nana en boca de una niña en plena oscuridad o una nota agradable de piano en una casa siniestra, o la similitud con la humanidad, como ocurre con los muñecos y seres con aspecto humanoide.

El truco con esta clase de terror es la inquietud que causa en el lector, la falta de paz que se le escapa página a página. Si tomamos ejemplos claros del cine de terror, los niños sobrenaturales de Los chicos del maíz o muñecos poseídos como Chucky dejan claro lo que se espera de esta clase de terror. Por otra parte, un elemento que identifica rápidamente este tipo de terror es el amplio lenguaje descriptivo, buscando esa función siniestra y el nerviosismo en el lector, elementos de los que maestros como Edgard Allan Poe supieron dar buena cuenta.

· Terror fantástico: Este terror es quizás el más sencillo de emplear, ya sea por el fácil empleo de criaturas sobrenaturales como de elementos totalmente irracionales que, sin embargo, encajan perfectamente si se trata de terror. Desde vampiros y hombres-lobo hasta zombies y brujas, sin olvidarnos de demonios y criaturas sobrenaturales nacidas de la mente de un autor, todo ser relacionado con lo paranormal tiene cabida, mas es un hecho que los favoritos del género son los alienígenas y han sido explotados por pasiva y por activa.

Otro elemento a favor de esta clase de género es la existencia de poderes y visiones que cumplen una doble función: por un lado, aterran al protagonista o al personaje que los posee y que no tiene explicación sobre los mismos; por otro lado, sirven de irónica protección frente a las fuerzas sobrenaturales que intentan acabar con él. Un ejemplo perfecto de esto está en la obra El resplandor de Stephen King y su protagonista.

· Terror psicológico: Por último, pero no por ello menos importante, esta ese género caracterizado por la influencia en la mente, por la falta de distinción entre lo real y lo irracional, por la sugestión directa en la psique. Si bien este tipo de terror es el más complicado y está directamente relacionado con el terreno mental, también es cierto que es fácil de utilizar si se tienen conocimientos de psicología.

En pocos términos, la influencia de lo sobrenatural tiene importancia en esta clase de terror, siempre y cuando esté tenga estricta relación con la duda de la realidad por parte de los personajes. Curiosamente, la obra más reconocida de Robert Luis Stevenson, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, ejemplifica perfectamente este subgénero.

Explícitos o temáticos:

  Nacidos de las tres variantes principales, todos estos subgéneros se enfocan en una circunstancia específica, un rasgo distintivo o, simplemente, se enfocan en un único tema y reciben su nombre del mismo. Debido a la amplia cantidad de los mismos, voy a agruparlos en función de su temática y mencionaré solo unos pocos. Estos son algunos de ellos:

· Niños terroríficos: Usando la figura de niños para bien o para mal, dos grandes clases de géneros se enfocan en ellos: por un lado, el género Child in Peril, con la figura de infantes en peligro y mostrando un terror puramente desde su visión infantil; por otro lado, el género Creepy Kids usa a niños tenebrosos poseídos por fuerzas oscuras que, de una forma u otra, se vuelven contra los adultos.

· Elementos fantásticos: Utilizando todo tipo de elementos característicos de la fantasía, varios tipos de terror nacen de este: Dark Fantasy, basada en elementos sobrenaturales y fantásticos; Magical Realism, género latino-americano en el que elementos sobrenaturales se introducen en el ambiente cotidiano; Hauntings, donde la aparición de fantasmas, demonios y posesiones tienen todo el protagonismo.

· Terror de época: Usando elementos propios de época o basada en un período concreto, varias clases de géneros surgen de esta corriente: Historical, basadas en un periodo histórico específico y fácil de reconocer; Gothic, período que bebe de la decadencia y ruina de ciertos pasajes del siglo XVIII; Religious, usando iconos religiosos y misterioso, especialmente todo lo relacionado con ángeles y demonios, reforzado con un entorno de época.

· Corte futurista: Siempre inspirado en un futuro influenciado por la ciencia ficción, dos géneros destacan especialmente: Science-Fiction Horror, semejante a su homónimo pero con un toque siniestro y cambios violentos, y Technology, historias en las que un personaje hace uso de la tecnología, ya sea para usarla en su beneficio o mezclarse con estas de forma terrorífica.

· Estilo tradicional: Relacionados con el terror más clásico, los más destacables son los siguientes: Quiet Horror, basado en el uso del escenario y el estado del ánimo de los personajes para crear miedo y suspense, y Splatter, muy relacionado con el género cinematográfico gore y basado en mostrar la fragilidad del ser humano a través de la mutilación.

Derivados del terror:

    En este apartado solo voy a mencionar uno por una razón muy simple: es el subgénero por excelencia y tanta es su influencia que han surgido una serie de subgéneros del mismo, todos basados en una temática completa. Sí, hablo del suspense o thriller. Podría decir mucho sobre este género y entrar en explicación, pero sería repetirme en bucle, por ello solo tocaré el género principal. El rasgo característico y más destacable es la necesidad de crear tensión en el espectador, de mantenerlo nervioso y con ganas de saber más.

    ¿Qué relación puede tener esto con el terror? Relacionado con esa división tripartita que fundó Stephen King, es una mezcla entre la noción de terror y horror, pero mayormente prescindiendo de los elementos terroríficos, a no ser que sea una variante explícitamente terrorífica. Mezcla de la novela negra y el terror, el suspense tiene lo mejor de cada uno sin caer en la especialidad de sus semejantes.

Consejos para provocar terror:

    Para terminar con esta entrada especial sobre el terror, solo me resta dar algunas pautas o, mejor dicho, recapitular sobre lo que he estado tratando en la misma. Esto es lo único que tengo que decir al respecto:

· No abusar de los elementos visuales: Puede parecer lo más fácil, lo ideal, incluso lo fascinante, pero por favor, no abuséis de los elementos grotescos y que incitan al pánico, tales como cuerpos desmembrados o pintadas con sangre en las paredes. Sí, impactan al lector y crean esas reacciones que tanto deseáis, pero llega un punto que de tanto usarlas el lector piensa “vaya, otra vez” en lugar de “tengo miedo”. Recordad que más no es mejor siempre, a veces la precaución es la mejor consejera.

· Usar un vocabulario adecuado: Estamos hablando de terror, de causar pánico, de poner los pelos de punta, así que olvidaros de todo lenguaje alegre o alejado de ese objetivo. Pero claro, ¿y si creo a un personaje con personalidades múltiples y parece buena gente, pero resulta ser un monstruo psicótico? En ese caso sí, pero cuidado: el lenguaje tétrico y oscuro es vuestro amigo, usar elementos contrarios a los que queréis transmitir pueden haceros fracasar, incluso crear una novela de otro género distinto.

· Jugar con la extensión de las frases: Ojo, mucho ojo con esto. La extensión de las frases está estrictamente relacionada con su tiempo y con lo que transmite: una frase corta puede provocar estrés, así como palabras separadas por puntos; una frase larga puede dar sensación de pánico, de falta de paciencia, de prisa por escapar de algo. Extender o acortar las frases no deja de ser un juego literario, uno en el que deberéis ser maestros dentro de vuestra obra. Demostrad de lo que sois capaces.

· Hacer buen uso de los signos de puntuación: El uso adecuado de los signos de puntuación puede decir mucho de un autor siempre, pero son especialmente relevantes en el género del terror. Recordad que los puntos siempre se pueden agrupar en grupos de tres y esas pausas pueden provocar muchas cosas seguidas de los detalles adecuados. ¿Nunca os han gustado las pausas dramáticas? Convertidlas en pausas terroríficas, meteros en la mente del lector con esos silencios y esos puntos rápidos que cortan las frases de cuajo.

   Esto es todo, muchas gracias por haberme acompañado hasta aquí. Con esto culmina la celebración de los tres meses de este blog, un camino que pensé que nunca llegaría a correr y en el que estoy más cómodo cada día. Disfrutad del terror y los trucos que os brindo, confió en que hagáis buen uso de ellos. Hasta pronto…

2 comentarios:

  1. Buen artículo, y muy completo.
    En mi opinión, el terror como género es muy diferente si se trata de cine o de literatura. Mientras que el primero se apoya totalmente en la percepción visual y auditiva (música tensa que aumenta o disminuye según el ritmo y el efecto que se quiera conseguir, juegos de cámara que muestran u ocultan elementos, sustos, etc), con un texto escrito se requiere más una ambientación y un tono. Un libro puede generar miedo, pero nunca te dará un susto, no tiene esa capacidad de de cambio brusco y repentino.
    Para mí, el terror en la literatura se consigue creando un ambiente malsano. Puede que todo vaya bien y que, tomando las líneas escritas de forma literal, no haya nada que pueda provocar miedo; en cambio, es el subtexto, lo que no se dice o cómo se dice, la elección de determinadas palabras, las que generan esa atmósfera que nos dice que algo terrible va a suceder.
    Pondré como ejemplo Cementerio de animales, de Stephen King. Es una historia en la que apenas pasa nada, transcurren varios meses de vida cotidiana sin pasar nada terrorífico (salvo un par de episodios) hasta que se llega al verdadero meollo. Sin embargo, durante toda la novela está ahí esa sensación de que todo lo que sucede alrededor de los personajes está mal, que en cualquier momento se va a desencadenar el desastre.
    Bueno, poco más que decir, ya me he enrollado bastante. ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Infinito agradecimiento por tu comentario en mi modesta entrada, Jorge. Concuerdo contigo, el terror en la literatura tiene un cariz que nunca podrá alcanzarse en el cine, más no por ello significa que no pueda ser igual de intenso o menos válido.
      Tendré muy en consideración tus consejos y tu opinión, así como la recomendación del maestro King.
      ¡Saludos y un gran abrazo!

      Eliminar