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martes, 26 de enero de 2021

Creación de mundo 6 - Introducir tu mundo en la historia

    Saludos, compañeros escritores. Esta entrada cierra un ciclo, el comienzo de un viaje que iniciamos hace más de un mes. Antes de comenzar esta entrada final, vamos a repasar cada contenido hasta ahora: comenzamos con esos detalles fundamentales para cada mundo literario, después tocamos uno de esos factores diferentes cada semana (geografía, reinos, habitantes e historia).

    Recordado el camino, ya solo nos resta una cosa para cerrar el círculo: Introducir tu mundo en la historia. ¿Listos? Comenzamos.

¿Cómo de importante es esto?

   Al igual que ocurre con los personajes, la importancia de esta pregunta resalta por su evidencia, ¿cómo no podría serlo? Sin embargo, a diferencia de estos, vuestro mundo no estará delimitado por un número concreto, todo depende del proceso en cada caso: quizás seáis participes de la macrocreación y vuestro mundo sea demasiado extenso para acogerlo todo en un único libro; puede que seáis modestos y los sitios elegidos para ambientar la historia se cuenten con los dedos de ambas manos, pero eso no significa que sean pocos los sitios concretos dentro de estos.

    A la hora de la verdad, no existe preparación suficiente para abordar este momento, pues no será único y os enfrentaréis no pocas veces a esta decisión. Mi mejor consejo en este ámbito es simple: planeadlo si, pero no dejéis que os sobrepase. Recordad que este es vuestro sueño, lo que tanto habéis ansiado. Miradlo de esta forma: tardasteis mucho en crear vuestro mundo, ¿por qué ibais a tardar menos en introducirlo?

¿Es necesario planear el momento?

    Difícil, muy difícil de responder… Ya sabéis que estas preguntas nunca son sencillas, que no basta con afirmar o negar, sino que todo tiene un fondo más profundo que una única palabra. Si lo enfocamos de la forma más lógica, la respuesta sería “sí” por diversos y no pocos motivos: porque no pueden aparecer ciertos lugares antes que otros, porque la historia así lo exige, porque el orden ya está decidido, porque así es vuestro deseo; decenas de razones pueden ser la correcta, pero… ¿cuál es la correcta?

    Ahora vamos a enfocarlo del lado contrario, de un posible “no”, también sustentado por una serie de argumentos: porque debe ser un proceso libre, porque os centraréis tanto en la historia que surgirá de forma natural, porque lo tenéis claro desde el inicio, porque os gusta dejaros llevar, etc. Nuevamente, el camino se bifurca y aparecen múltiples opciones, pero claro, ¿es lo que queréis?

    Lo más sencillo sería daros un consejo, exponer lo que yo haría en vuestra situación, pero eso sería más una mentira que una ayuda. ¿Por qué digo esto? Es bien sencillo: el proceso es único para cada uno, un desarrollo íntimo con vuestra historia, vuestra creación, algo tan especial que no debería empaparse con decisiones ajenas (en este caso, la mía). Si bien puedo dar pinceladas al respecto, no tengo la respuesta para esa pregunta. Vuestras es la decisión, vuestro el poder.

¿Debería preocuparme si no estoy seguro de como introducir un lugar concreto?

    ¡Por supuesto que no! ¿Acaso los grandes artistas del Renacimiento tenían claro que querían hacer con sus obras al principio? ¿Creéis que vuestros autores de referencia nunca tuvieron dudas? Tener miedo es normal, la preocupación es parte de nuestra naturaleza, pero no tiene porque ser mala necesariamente; todo lo contrario, incluso algo considerado negativo como preocuparse tiene un lado positivo: significa que os importa vuestra historia, que la queréis lo suficiente para hacer las cosas bien y, en última instancia, que amáis vuestra historia. Eso y no otra cosa es motivo de orgullo porque, simple y llanamente, tenéis amor de padre o madre.

    Ahora bien, existe una forma clave de enfrentarse a esta pregunta, una manera de que no sea un abismo inmenso sino, con suerte, un pequeño salto hacia adelante. Este es mi consejo: si aparece un bache y esta decisión se os hace difícil, es mejor dejarla reposar, darle su tiempo. Antes de que os deis cuenta, la historia os dará la respuesta… y si no, siempre podréis revisar la historia y ver si os falla algo, si hay algún detalle que os haga dudar (ojo, hablo de posibilidades, no de que haya fallos necesariamente. Recordad: precaución, damas y caballeros, precaución).

Consejos para su introducción: (¿qué factores deberían tenerse en cuenta?)

    Vamos con la recta final, el culmen de la entrada en sí. ¿Estáis listos para los últimos consejos sobre el tema? Preparados o no, estos son:

· Juega con la atmosfera del momento narrativo: Una vez leí en un libro (no recuerdo en cual, mi memoria ya no es lo que era) que hay que saber aprovechar el momento, vivirlo y explotarlo al máximo; justo eso tiene que ver con leer la atmosfera de la realidad narrativa. Pongamos que, llegado un momento concreto de la historia, se puede apreciar completamente el ánimo de los personajes: rabia, miedo, dolor, angustia, alegría; sea cual sea, este puede influir en cómo se describa un lugar.

De hecho, si leer el estado de ánimo de los personajes no fuera suficiente, incluso la forma de ser de estos puede ser un buen aliciente para la descripción. He aquí un ejemplo: un personaje que de por sí sea alegre, entusiasta y lo vea todo con mucho ánimo no compartirá la visión de un ser engreído, egoísta y altanero; cada uno de estos tendrá una visión distinta de lo que verá y, dependiendo de quién tenga la voz cantante, eso puede hacer que un lago se vea hermoso o, simplemente, como una gran superficie de agua.

· Haz que los personajes interactúan con el entorno: Detalle clave, y estrictamente relacionado con el anterior, es que los personajes se dejen llevar por el entorno y sean parte de él. Me explico: ¿recordáis el ejemplo anterior? Ahora imaginad que esos personajes tuvieran que describir el entorno, ¿de qué forma lo harían? Es más, ¿cómo plasmar esa opinión de cada uno desde la imparcialidad del narrador? (o en sus propias palabras, depende de la persona en que se cuente la historia).

Puesto de forma sencilla, la acción en la que ocurre también tiene mucho que ver: no es lo mismo apreciar un paisaje con tranquilidad que durante una persecución, que ver un castillo en la lejanía que durante una comitiva oficial. El momento es importante, los personajes también, ¿la suma de ambos? Imprescindible.

· Ten en cuenta el punto de vista del personaje sobre el que recae la escena: Además, no solo está la posibilidad de jugar con el entorno, sino que además puedes hacer que el lector lo descubra a través de sus ojos. Si bien este tema se ha tratado en el consejo anterior, he aquí un nuevo enfoque: pongamos que no solo sea importante su forma de ser, sino que también entren en juego sus emociones a la hora de la descripción. En ese caso, los matices cambian, la forma de ver el entorno, los detalles en los que se fije, las cosas que le llamen la atención… ¿Veis el truco?

Una buena forma de practicar esto puede ser coger a los personajes que vayan a pasar por una situación concreta y situarlos en vuestra mente en esos lugares. ¿Cómo lo describiría cada uno? ¿Qué sentirán al estar allí? ¿Es de su agrado o no les hace sentir nada? Las emociones son la clave.

· La importancia de cada lugar depende de la historia: Por supuesto, ni todos los lugares son iguales (valga la redundancia) ni tendrán la misma importancia. En función de cómo se desarrolle la trama, habrá lugares que ni siquiera aparezcan en el libro, pero eso no es malo (como dirían en una película del oeste, siempre es bueno guardarse cartuchos en la recamara). Enfocándonos en este apunte, este sería el ejemplo: un simple prado puede ser solo un prado o convertirse en el escenario de una batalla, siendo completamente normativo y común en el primer caso mientras que en el segundo tenga una necesidad narrativa, un acontecimiento que describir y que, en consecuencia, altere ese entorno.

· No subestimes el mapa: ¿Recordáis la entrada sobre geografía y ese mapa que os sugerí hacer? Es tiempo de darle uso. Normalmente, un mapa indica el camino a donde ir, las rutas que seguir, la distancia a correr; pero en lo que a proceso creativo se refiere es mucho: un manual de instrucciones. Cómo es eso os preguntaréis, el truco está en lo que hagáis con él. El mapa puede quedar tal cual o usarlo para incluir apuntes en distintas partes: flechas para señalar el recorrido de los personajes, apuntar que ocurrirá en cada uno, resaltar los lugares más importantes, etc.

¿A qué hora si os cae bien el mapa? Eso sí, haced una copia del original (por si acaso, nunca se sabe cuándo hará falta). Aprovechad todos los recursos a vuestra disposición, siempre.

· Cuidado con los detalles, no te dejes llevar por las prisas: En ocasiones pasa que el hype se hace muy presente, que estáis deseando llegar a una escena concreta y os morís de ganas por escribirla, tanto que eso empieza a pasar factura a las descripciones de los lugares (e incluso a todo lo escrito hasta ese punto). Si llega ese momento, por favor: ¡parad de inmediato!

Las prisas no son nunca buenas consejeras, ni en la vida ni en la escritura, mucho menos en esta última. Recordad que estáis haciendo y porqué, cual es la razón por la que escribís. Tenéis un compromiso para vuestra historia, dadle el cariño que se merece, así que… por Dios, no corráis. ¡Nunca!

· El tiempo es importante: Otro factor que no se puede olvidar a la hora de hablar de un lugar es el tiempo, ya que influye más de lo que podría parecer. ¿Ese lugar ha aparecido en el presente narrativo o en un momento del pasado? ¿Es una visión real del futuro o es un recuerdo? En función de si es uno u otro, el juego que puede dar a la historia es ilimitado: si es un recuerdo o una narración pasada, el hecho de que ese lugar haya cambiado puede ser clave para cuando reaparezca en la historia; si es una visión, contar que le ocurrirá a ese lugar en el futuro y visitarlo en el presente puede crear una serie de pensamientos o reflexiones en el personaje.

· Ha llegado el gran momento, ¡disfrútalo!: Lo más importante (da igual el tiempo que pase) es que siempre disfrutéis del proceso. Después de todo, ¿qué sería de los escritores si no gozásemos como niños con un juguete nuevo? ¿Cómo de vacías estarían las historias si no las escribiésemos con ilusión y todo el cariño del mundo?

    Una vez más, quiero agradeceros a todos el camino que hemos compartido. Sin vosotros no sería posible, la ilusión de los comentarios que leo y el hecho de que guste a tanta gente me motiva a seguir. Muchas gracias por todo.

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