Reseña - "La última venganza" de Lenin Rodríguez Peñate

Datos:

· Título: La última venganza

· Autor: Lenin Rodríguez Peñate

· Editorial: Kivir ediciones

· Año: 2021

· Saga: Libro independiente dentro del multiverso Atherion

· Páginas: 225 páginas

Sinopsis:

La gloriosa ciudad-estado de Dracnor lleva demasiados años en guerra. Cydar, el más joven de sus príncipes, se dispone a iniciar la mediación de paz para calmar su atormentada conciencia, pero es asesinado antes de firmar la misiva a las tribus nómadas de Khat-Dur.

Roland, un hombre con habilidades en ciencias rahmáticas, y Caren, que busca ascender en el escalafón militar, serán los encargados de un caso que no contará con solo una muerte. La asesina del príncipe Cydar busca venganza tras haberle sido arrebatado todo lo que tenía, y luchará por terminar con la vida de los otros vástagos de Serethor, rey de Dracnor, para el que trabajó como espía.

¿Por qué parece moverse con ventaja? ¿Son sus intereses los únicos responsables de los regicidios? La realidad se vuelve oscura cuando nada es lo que parece…

Opinión personal:

La última venganza es una historia ciertamente curiosa y la unión perfecta de dos géneros, una trama que se desenvuelve perfectamente en la fantasía más pura con esos toques de investigación y misterio tan propios de la novela negra.

No puedo empezar la reseña sin hablar antes del entramado de personajes que conforman la obra que, a falta de otra palabra mejor, es definidos. Sin importar la aparición, importancia o desarrollo que tengan en la historia, el lector sabe que esperar de ellos y hasta donde pueden llegar, algo que es ciertamente difícil de conseguir. Por si esto fuera poco, el autor no escatima en utilizar actores de toda clase, desde protagonistas y secundarios hasta un interesante número de personajes marco, un detalle que puede parecer simple y sin importancia, más con una importancia significativa.

Ahora bien, a la hora de hablar de mis favoritos la decisión está más que clara en masculinos (Cydar, Roland, Gélido) y femeninos (Caren, Elin, Zera). Comenzando con los varones, el primero que merece una mención especial es Cydar, no solo por ser quien arranca toda la acción sino por el magnetismo que experimenta en su aparición y atrapar la atención del lector de una forma rotundamente distinta al resto del entramado de la novela. Roland ha sido un personaje que no ha parado de sorprenderme, evolucionando en todo momento y de forma paralela al desarrollo de la historia, demostrando una mente lógica y una frialdad que, una vez se conocen sus motivos, resulta que no es tal. Siempre me encantan las apariciones de animales en la historia, mucho más cuando se les hace personajes, de ahí que Gélido, ese lobo tan increíble y comunicativo que mantiene amistad con el protagonista, me haya llegado al corazón (sí, no es un ningún secreto que me encanta su especie).

Pasando a hablar de las damas, me ha resultado muy sencillo empatizar con Caren gracias a su alma cándida y amable, demostrando que puede conseguirse cualquier cosa sin perder las formas y que, sin importar lo dura que resulte la vida en ocasiones, todo es posible con esfuerzo y confianza. Al principio me he sentí bastante confuso con el papel de Erin en la trama, provocándome sentimientos encontrados en ambos sentidos, pero conforme fue avanzando la historia esa barrera prácticamente desapareció y puedo decir sin ninguna duda que cumple con su papel a la perfección. Con Zera la sorpresa ha sido mayúscula por dos motivos: primero por ser representante en la historia del noble arte de la herrería, tradicionalmente atribuido a personajes masculinos, y segundo por el giro completo que da su personaje en muy poco tiempo.

No es la primera vez que me encuentro el uso de dos personas distintas en la narración de una historia, de hecho, es un buen punto a favor por lo inesperado del mismo, más en este caso destaca especialmente. Al empezar el prólogo en 1ª persona mis expectativas estaban en que continuase con esa historia, pero el enfoque cambia de forma rotunda a una 3ª persona con una visión general. Sinceramente, me encanta que me sorprendan como lector y desde luego esta estrategia lo ha conseguido con creces.

Es muy fácil conocer el mundo en el que se desarrolla la historia y, al mismo tiempo, quedan muchas preguntas sin responder. Me explico: gracias a los detalles que revela la historia y las descripciones exhaustivas, los espacios que aparecen se pueden imaginar con absoluta facilidad y son perfectos para meterse de lleno en la historia. Por otro lado, toda la información referente al worldbuilding es concisa y, más que presentarlo todo de golpe, lo que hace es abrir puertas para conocimiento futuro del mismo en otras historias, algo que sin duda cumple el objetivo principal de un multiverso: la expansión de contenido con el desarrollo de este.

Respecto a la trama, la línea de acción principal se divide en varios cursos de acción que a la larga confluyen en un mismo punto, pero hasta llegar a ese momento nos permiten conocer la historia desde todos los ángulos posibles. De esta forma, todos los personajes avanzan hacia una línea definida que los lectores conocen en todo momento pero que, de una forma u otra, sorprende la deformación y alteración que sufren esos diversos caminos hasta alcanzarla.

La extensión es un tema sin sustancia ni sentido para mí, lo digo en todas las reseñas y lo remarco especialmente en esta. Da igual que una historia se extienda hasta el infinito o sea escueta en desarrollo, lo importante es la forma en que está escrita. En ese sentido, estoy más que satisfecho con las más de doscientas páginas que conforman la historia.

A modo de resumen final, solo puedo decir una cosa más: toda saga literaria (multiverso en este caso) necesita un principio y en lo que a mí respecta La última venganza es el inicio perfecta para Atherion.

«Estuve a punto de poner fin a una guerra el día que fui asesinado»

Opinión autor:

Reconozco que no es la primera obra que leo de Lenin Rodríguez Peñate y ya tenía una idea hecha de su estilo, pero con esta historia he podido ver los inicios y eso es algo que disfruto muchísimo, ver como un autor se desarrollo y va perfilando su estilo obra a obra. Si antes lo tenía claro, esta obra ya me ha confirmado una cosa: espero grandes cosas de la mente tan brillante que tiene.

En cuanto al lenguaje utilizado, ha sido cuidado y considerado con los lectores en todo momento, limpio en su uso y estrategias comunicativas sin dejar de lado el estilo propio del autor, concretamente su predilección en usar ciertos términos que, si bien no son los más usuales, encajan perfectamente en las situaciones donde los emplea.

- Lo mejor: Una línea argumental que se diversifica con su evolución, personajes bien definidos, sorpresas capítulo a capítulo.

- Lo peor: (Nada que objetar)

- Nota final: 8/10.